martes, 10 de enero de 2012

CONCENTRE SUS FUERZAS



Conserve sus fuerzas y energía, manteniéndolas concentradas en un punto más fuerte. Ganará más descubriendo un rico yacimiento y explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: La intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan promoverlo procure encontrar siempre el patrón clave único, la vaca lechera que pueda ordeñar durante largo tiempo.


El mundo esta plagado de divisiones cada vez mayores en los países, en los grupos políticos, en las familias y hasta en, los individuos. Nos hallamos todos en un estado de total distracción y dispersión, apenas capaces de mantener la mente orientada en una dirección determinada sin que nos distraigan y tironeen otras cien. EL nivel de conflicto del mundo moderno es más alto que nunca y lo internalizado en nuestra propia vida.


La solución radica en retirarnos hacia nuestro interior, hacia el pasado, hacia formas más concentrada de pensar y de actuar. Como escribiera Schopenhauer. “El intelecto es una magnitud de intensidad, no una magnitud de extensión”.



Napoleón conocía el valor de concentrar sus fuerzas en el punto más débil del enemigo; ése fue el secreto de su éxito en el campo de batalla. Pero también su fuerza de voluntad y su mente estaban modeladas con ese concepto. La perseverancia y la firmeza de propósito, la total concentración en un  objetivo y la utilización de esas cualidades contra quienes están menos localizados y en un estado mayor de distracción constituyen una flecha que siempre dará en el blanco y logrará  someter al enemigo.


Casanova atribuyó su éxito en la vida a su capacidad de concentrarse en un único objetivo y presionar hasta que se diera a sus deseos. Fue su habilidad para entregarse por completo a la mujer deseada lo que lo hacia tan irresistiblemente seductor. Durante las semanas o los meses que una mujer vivía en su órbita, no pensaba en nadie más que en ella. Cuando fue encarcelado en los traicioneros pasadizos del palacio del dux, en Venecia una prisión de la cual nunca nadie había logrado escapar, Casanova concentró su mente, día y noche, en un único objetivo: fugarse. Un cambio de celda, que anuló meses y meses de secreta excavación, no lo desalentó. Persistió y logro escapar. Más tarde escribió: “Siempre estuve convencido de que, si un hombre se mete en la cabeza hacer determinada cosa y se consagra en forma exclusiva a ese objetivo, sin duda logrará, a pesar de todas las dificultades. Ese hombre podrá llegar a convertirse en gran visir o en papa”.

Concéntrese en un mismo objetivo, en una sola tarea, y no seda hasta alcanzarlo o completarla. En el mundo del poder necesitara siempre de la ayuda de otros más poderosos que usted. Solo el hombre necio revolotea de una persona a otra, pensando que sobre vivirá si se dispersa. Sin embargo, el corolario de la ley de concentración es que se ahorra mucha energía y se gana más poder adhiriendo a una sola y adecuada fuente de poder.  

 
No se puede dar en dos blancos con una sola flecha. Si sus pensamientos se distraen,  no dará en el corazón de su enemigo. Es necesario que la mente y la flecha se conviertan en una sola cosa. Sólo con ese tipo de concentración mental y física su flecha podrá dar en el blanco y perforar el corazón.

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